sábado, 4 de febrero de 2012

Segunda Fase: velocidad crucero.....

Esperábamos esta fase del trabajo como agua de mayo. Después de visionar, leer y estudiar a Mozart y Cosi fan tutte, es el momento de empezar a dar forma a cada acto, escena y cuadro. Después de reinventar la opera en nuestra cabeza, es el momento de dar valor a un nuevo espacio y tiempo dramático.
Nos encontrábamos por delante mínimas metas que fueron abordadas sobradamente a lo largo del día. Todo ello, jalonado de una agradable comida, chocolatinas en su justa medida, coincidencias y visiones compartidas, y confesiones mutuas...
Nadie nos lo ha dicho, pero sabemos que estamos haciendo un trabajo digno del mejor Bayreuth. Lo que sucede es que estamos fabricando un Mozart y no un Wagner.
Estaba en nuestro plan de trabajo terminar la mitad del primer acto, y casi hemos llegado al final del mismo. Todo ello sobreponiéndonos a biberones a tiempo real y a las demandas innegociables de mis hijos que a veces acababan en lindos llantos.
Hoy hablamos con Ruth y se entusiasmó con el proyecto. Ojalá la hubiésemos tenido hoy con nosotros en este proceso.
A estas alturas de la película, poco tengo que decir de mi compañero de viaje en el puente de mandos. Gracias Héctor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario